martes, 2 de junio de 2009
La maestra que sembraba libros
-¿Mil libros? ¿Tienes mil libros en tu salón de clases?
La respuesta fue afirmativa.
Este mediodía mexicano, (que era noche asturiana) en un relampagueante chateo, Rosa Serdio me dijo sencillamente que lleva 29 años de impartir clases en el Colegio Elena Sánchez Tamargo, de Pola de Laviana en Asturias y que ha aportado a sus alumnos mil libros.
Mil.
Y luego, como si tal cosa, me habló del texto de Jean Giono, "El hombre que plantaba árboles" como una metáfora del promotor o dinamizador de lectura. Siempre con bellotas en el bolsillo y al cabo de años y paciencia, un bosque de encinos, una comunidad floreciente donde antes de su paso existiera un páramo. Los árboles reanimaron los manantiales, el aire y el suelo.
La metáfora se transfiere a la renovación espiritual, al renacimiento en la esperanza que puede ocurrir si en las aulas hay sembradoras de libros como Rosa Serdio. Si se propicia, no por decreto ni por política, sino por vocación... que llegue la historia idónea a las manos de cada niño, el poema que juega y transforma, si se siembra un bosque de bellezas diversas donde cada pequeño encuentre, refleje y haga crecer su individualidad, su huerta de palabras, su jardín de sueños...