
sábado, 30 de mayo de 2009
Liviano, alado y sagrado

viernes, 29 de mayo de 2009
Irene Serdio desde Asturias
Las Cajas de China llegan a un lugar muy especial
Y por correo electrónico, llegaron los agradecimientos de Asunción, que la pintan de sueño entero:
Gracias
por la Grandeza y la Generosidad de tu envío
por el Regalo que me has hecho como
muestra de afecto, consideración o por cualquier otro motivo
que tuvieras presente en ese momento
por la Alegría que recorrió mi interior al ver el contenido y
por Acariciar con tu cuento mis sueños y los de mi hijo
por el Cariño depositado en tu dedicatoria
por la Ilusión de lo no esperado, pero si deseado
por Asombrarme con tus ¡sencillas! palabras
por la Sonrisa que se ha atrincherado en mi boca y amenaza
con no abandonar su puesto durante, al menos, todo el fin de
semana.
Asunción
jueves, 28 de mayo de 2009
Irene Serdio y Jessie Coiffard: la magia viaja en globo


Irene Serdio es coordinadora de Educación Infantil en el Colegio Corazón de María de Gijón.
Los primeros días de mayo, para hacer inolvidable la inauguración de la Biblioteca de ese centro escolar, Irene y las maestras de Infantilorganizaron una fiesta en la que no faltaron los globos de gas.
Uno de esos globos se escapó de las manos de un niño y con todo y su tarjetita que rezaba:
Jessie, con espíritu de magia y aventura, recoge la nota y escribe una carta al Colegio Corazón de María de Valencia. De ahí la remiten a Gijón y la gozosa tarjeta que inauguraba la biblioteca regresa a las manos de Irene Serdio.
Esta historia puede leerse en El Comercio Digital. Yo la encontré en el blog de Rosa Serdio, donde las bellas historias de los libros se hacen realidad y la magia de la poesía atrae y suscita otras magias...
viernes, 22 de mayo de 2009
Para unos días México ¡a toda voz!
María Rosa Serdio y el periodista Alberto Pato hicieron el milagro.
Pero antes los chicos de 6°B del C.P. Elena Sánchez Tamargo de Pola de Laviana, Asturias, ya habían escrito el poema.
Un acercamiento a los niños de México en los días difíciles de la influenza humana, un mensaje de niños para niños, cuyas ondas positivas no cesan de transmitirse...
Escuchar sus voces ahora, en un programa de Radio Langreo, Asturias, rebasa cualquier expectativa, pues la emoción se tiñe de encuentro, sin importar distancias, fronteras ni horarios diferentes.
Para unos días México.
http://www.radiolangreo.com/index_archivos/reportajes.htm
jueves, 21 de mayo de 2009
El Tío Gustavo ¡en Asturias!
Aventureros"
Y no contamos más porque...¡hasta ahí podemos leer!
Tenemos pensado ir abriendo, como manda el tío aventurero, la caja correspondiente el día señalado y ver si damos la talla a la hora de disfrutar de la intriga y las aventuras que se cuentan".
domingo, 17 de mayo de 2009
Un libro: el mejor regalo para el Día del Niño
Envuelto en la magia de Las Cajas de China, llegó el regalo esperado.
El que fue preparado por más casi dos meses...
El que no se olvidó cuando los niños del Preescolar Lauro Aguirre salieron de vacaciones de primavera.
El que tampoco se olvidó durante las dos semanas de alerta sanitaria de mayo 2009, en que todos los niños de México se quedaron en sus casas sin poder asistir a la escuela.
Un libro...
No un simple objeto inerte... sino una experiencia de transformación, de crecimiento, una memoria compartida por los niños, los papás y las educadoras, en la que al grito tan mexicano y festivo de ¡Que lo abra! ¡Que lo abra!... vivimos, verbalizamos y acordamos que el mejor de los regalos para el Día del Niño es...
un libro.
El príncipe Tutmosis y la princesa Medianoche
Lucero Mejía Mandujano, que realiza prácticas de asistente de educadora en el Preescolar Lauro Aguirre, de San Juan del Río, me ha enviado esta fotografía donde aparecen dos de los magníficos "boliches" (o pinos) inspirados en Las Cajas de China, realizados por los niños y sus papás.
Se trata del príncipe Tutmosis, que es un personaje histórico, hermano de Akhenatón y que en la ficción invita al pequeño Anup a vivir al palacio del faraón, y de la princesa Medianoche, la muy sencilla hija del muy complicado (e histórico) emperador Yang Ti.
jueves, 14 de mayo de 2009
Las Cajas de China: Gran Final y muchas sorpresas
Emiliano Toledo con la impresionante Caja de China que realizó al lado de sus papás, Tania y Javier.
Todos los niños del Preescolar recibieron un libro como regalo de parte de sus papás, envuelto de las maneras más imaginativas. Ya iremos poniendo fotos, en cuantos nos lleguen las que nos prometieron.
miércoles, 13 de mayo de 2009
Para unos días México en La Nueva España, diario independiente de Asturias

Para unos días México, el poemario de los chicos del C.P. Elena Sánchez Tamargo, de Pola de Laviana, animados y coordinados por María Rosa Serdio, e ilustrado por los preescolares del Jardín de Niños Lauro Aguirre, de San Juan del Río, Querétaro, tiene ya presencia en la prensa española, como se puede leer en esta nota de La Nueva España, Diario Independiente de Asturias:
Libros con mensaje
Laviana publica un poemario de apoyo a los niños mexicanos y el Liceo edita las opiniones de los escolares sobre Mieres
Reproducción de dos páginas del libro «Para unos días México». reproducción de Juan Plaza
Pola de Laviana / Mieres,
C. M. B. / M. Á. G.
«En México están alarmados / más yo les hago un regalo / no quiero que estés así / esta rima es para ti». Éste es sólo uno de los versos recogidos en el libro virtual «Para unos días México» elaborados por alumnos del colegio Elena Sánchez Tamargo de Pola de Laviana para solidarizarse con los escolares del país americano que no pudieron acudir a clase como consecuencia del impacto de la gripe porcina. Las ilustraciones de la publicación, colgada en la red, son obra de los estudiantes de un centro docente del estado mexicano de Querétaro.
En el libro los estudiantes del centro lavianés vuelcan su vena lírica para lanzar mensajes de ánimo a los escolares mexicanos. También les mandan, siempre en verso, consejos para hacer la espera más llevadera en el hogar mientras las aulas vuelven a funcionar a pleno rendimiento. En las páginas del libro tampoco falta algún que otro chiste y algún que otro cuento para arrancar una sonrisa a los niños mexicanos. La compilación corre a cargo de Rosa Serdio, profesora del centro lavianés.
Un libro también es el canal elegido por los alumnos del Liceo mierense para expresar sus sensaciones sobre su localidad. ¿Cómo ven los más pequeños de las calles y la historia de Mieres?, ¿cómo se relacionan los escolares con su entorno y sus amigos? son algunas de las preguntas que encuentran respuesta en la publicación «Mi ciudad, Mieres del Camino».
El libro, editado por Planeta, recoge las impresiones de cada uno de los estudiantes de Primaria e Infantil del centro. Además, el libro incluye un prólogo de Ovidio Fernández, director del Liceo mierense a punto de jubilarse. Esta obra ha sido, según Conchi Alonso, coordinadora del proyecto, «un sencillo trabajo en equipo». Lo cierto es que «Mi ciudad, Mieres del Camino» está muy lejos de ser una guía al uso.
Sara García, alumna de primer ciclo de Primaria, describe la calle Numa Guilhou como «muy larga, y con un parque grande». Sobre el propio colegio Liceo, Andrea Díaz, de tres años, expone su satisfacción por poder «ver películas». Los hay que no se contentan con hablar de Mieres y rematan con una lección de convivencia. «Soy amiga de mis amigos; los quiero mucho, les doy abrazos, mimos y comida», dice Elena Rodríguez, de cuatro años.
Sombraluna por los niños del Preescolar Lauro Aguirre
lunes, 11 de mayo de 2009
Las Cajas de China: tu propia historia
Una de las inquietudes que tengo como escritora de literatura infantil y juvenil –tal vez la más grande- es la de ofrecer a los jóvenes lectores textos que reflejen la riqueza de la tradición cultural y literaria.
Por mi propia experiencia de lectora infantil estoy convencida que el juego es el uno de los mejores vehículos para el aprendizaje, pues lo que se aprende de manera lúdica queda para siempre formando parte de nuestra experiencia afectiva y tiende puentes hacia futuros aprendizajes deleitables.
Por esa misma experiencia de niña lectora sé que cuando un libro es abordado como una aventura personal, como un reto a conquistar, a vencer, quien lee se involucra de manera integral y experimenta un crecimiento espiritual, intelectual y afectivo. Vuelve inmanente lo trascendente, aquello que está en el libro: la trama, la dificultad, la belleza, las características de los personajes, la pasión de los héroes, se convierten en recuerdos del lector, en experiencia vivida, en aventura experimentada en y a través de un libro.
Una aventura lectora apetece otra. Una aventura mejor, más intensa, más larga, más difícil y misteriosa que la precedente. Esta niña lectora que fui se encontró en aquel libro, se aventuró, se miró y se gustó en él y al terminar, halló que había cambiado, que había crecido, que necesitaba aventurarse, mirarse de nuevo en otro libro que le proporcionara el mismo sabor. El sabor del crecimiento, el sabor de la transformación.
Esta niña lectora quería un libro que no terminara nunca. Y como suele ocurrir, encontró lo que quería: Las Mil y una Noches y su técnica narrativa alucinante, sus cuentos dentro de los cuentos, su narrador que cede el paso a la narradora, Scherezada, una princesa que depende de lo interesante que sea su cuento para conservar su vida. Una narradora que suspende la acción en el punto más álgido, en el más interesante, para que su verdugo, que es al mismo tiempo su esposo y su audiencia, le conceda una noche más.
Pues esta niña lectora descubrió que el libro no se acababa nunca, que era imposible agotar las mil noches porque en una de ellas Scherezada empieza a contar su propia historia y todo vuelve a comenzar, porque la geografía imaginada podía continuarse en la geografía real de los países de Oriente, porque Bagdad sigue estando en Irak y el emir de los creyentes, Haroun Al-Raschid fue un personaje histórico, que también amaba los buenos cuentos.
Con este recuerdo quise escribir un libro para niños que no terminara nunca. Que fuera un regalo, un juego y un deleite. Que como los regalos, se presentara en una o en varias cajas, que estuviera envuelto en papel. Que llegara de sorpresa. Que entregara a los niños como un presente magnífico, un regalo de reina de Saba, la aproximación a las grandes culturas orientales.
En Oriente, dice Jorge Luis Borges, existe la idea de que un libro no debe revelar las cosas, sino ayudar a descubrirlas. El libro que quise escribir debería estar envuelto en un simbólico velo, en un especial tipo de papel que sin ser totalmente traslúcido anticipa los descubrimientos: el papel de China. El libro que quise escribir debía ayudar a los niños lectores a descubrir, a asomarse a lo inagotable. Tres mil años de historia egipcia, cinco mil años de historia china, la India incesante. Y además, el libro que quise escribir tendría que ser tan flexible y esencial que pudiera convertirse en narrativa oral. Contarse, recrearse de boca en boca, adaptarse a diferentes edades, desprenderse de la letra y volver a su condición de sueño.
Surgió así un libro que escribí en un jardín (¿no son los árboles y sus hojas los hermanos naturales del libro, ese objeto cultural?) y que titulé Las Cajas de China. Cajas porque encierran no un regalo, sino varios, incontables porque su número cambia con cada lector. (Idealmente cada quien escoge y encuentra sus regalos en este libro). Están envueltas en papel de China y son siete: una dentro de la otra.
Cajas dentro de cajas, cuentos dentro de cuentos. Una técnica literaria antiquísima y efectiva y un ingenioso juego de cajas que además es enviado como regalo al niño protagonista –que es por supuesto el niño lector- por un personaje a la vez entrañable y extrañado: un tío aventurero, viajero por el mundo, que desde los países más lejanos y exóticos no deja de pensar en el sobrino para compartir su aventura.
Envueltas y brillantes con la magia del regalo exótico llegan las siete cajas a irrumpir en la cotidianeidad del niño protagonista, del niño lector. Arriban acompañadas de instrucciones precisas: solamente podrá abrir una cada día de la semana. La caja pequeña el primer día, la caja más grande el último. En cada una de las cajas encontrará, según las instrucciones del tío, un “algo” y una “cosa”. El “algo” –vago y promisorio- será una historia. La “cosa”, un objeto. La historia le dirá qué hacer con el objeto y de esta manera empieza el juego.
Escribí los cuentos envueltos en cajas basándome en las tradiciones narrativas egipcia, china y de la India británica. Lo exótico es la envoltura, el papel de China que envuelve sucesos que puede vivir cualquier niño de ocho, nueve, diez años. Es lo cotidiano envuelto en maravilloso, suspendida la acción al final de cada capítulo para prometer el desenlace de la historia en la caja siguiente.
Algunos de los personajes de las narraciones egipcia y china son históricos. El niño lector conocerá como relato y como deleite fragmentos históricos que podrá ahondar en otros textos. Algún lector adulto podrá reconocer en la parte egipcia ecos del Sinuhé de Mika Waltari, en la parte china pinceladas de los Cuentos Orientales de Marguerite Yourcenar y encontrará al Kim de Rudyard Kipling en la parte india.
El niño lector, el curioso niño lector no solamente podrá hacer más grande su regalo si investiga, si se deleita en otros libros, sino si vincula su lectura con la multiplicidad de enlaces que pueden realizarse en los espacios académicos, lúdicos y sociales de la red. En este libro que recrea tradiciones milenarias, aparecen las computadoras y el lenguaje internet con la naturalidad con que los niños nacidos a finales de la década de los noventa del siglo pasado y en la primera de este siglo XXI, viven los medios cibernéticos. Internet es productor y medio de entretenimiento, pero nosotros los lectores, los escribientes, al mismo tiempo que nos entretenemos con las posibilidades divertidas de la red, somos productores de cultura a través de la red.
Las Cajas de China pretende producir en la psique de sus lectores el ambiente del regalo, de la fiesta de cumpleaños. Cuando yo era niña el mejor regalo que podía recibir era un libro –si eran varios, mejor. Porque un libro es un regalo de destino, es como un dedo de luz tocando al elegido. Del mismo modo en la primera página del libro el niño protagonista (que apetece un regalo de la modernidad, un juego de video que le dará prestigio en su grupo social) es tocado por su destino envuelto en papel de China. Y es un destino de aventura, de crecimiento, de transformación intelectual, espiritual.
¿Qué es un regalo si no lo abrimos? Es una alegría inactivada. Una experiencia de transformación desperdiciada. ¿Qué son milenios de cultura, de civilización, de belleza si no los conocemos? Tres hojas aburridísimas en algún manual de historia. ¿Qué es un libro si no lo leemos desde nuestra pasión, desde nuestra posibilidad de aventura, desde nuestra oportunidad de crecimiento?
El libro para niños que quise escribir, que fuera un regalo, que no terminara nunca, que pudiera transmitirse oralmente… se convirtió en Las Cajas de China. Al terminar de envolver la última caja, al terminar de escribir el último cuento, comprendí que mi mayor anhelo era que en esas cajas, en ese libro hubiera algo más, algo más grande que mis propias intenciones al escribirlo. Entonces, en ese libro, me dije, ha de guardarse algo inasible e inconmensurable: las expectativas del propio niño lector, que deben irse generando, agrandando página a página hasta llegar al final.
Y en ese final, en esa caja que se abre en la última página, debe aguardar algo tan grande como las expectativas generadas y crecidas del niño lector: él mismo, su propia historia.
Resumen de Las Cajas de China
Análisis literario de Las Cajas de China.
miércoles, 6 de mayo de 2009
De niños para niños: una invitación a la poesía


Hola, ¿cómo están?
Tengo la emoción de informarles que unos niños asturianos, atentos y solidarios con los niños mexicanos, compusieron en días pasados un libro de poemas donde manifiestan su amistad y afecto para nuestro país. El poemario se llama PARA UNOS DÍAS MÉXICO, lo he convertido en libro electrónico -ilustrándolo con dibujos de niños mexicanos del preescolar Lauro Aguirre de San Juan del Río- y se puede ver aquí:
PARA UNOS DÍAS MÉXICO
Los chicos asturianos me encargaron que lo haga llegar a la mayor cantidad de niños mexicanos. Ya circula en varios blogs de educadores, poetas y escritores españoles y mexicanos. Sería fantástico que de manera absolutamente voluntaria, si te nace del corazón, en estos días en que no hay clases, compusieras un poema, cuento, chiste o lo que tú quieras como respuesta a esta iniciativa de los niños de sexto año del Colegio Público Elena Sánchez Tamargo, de Pola de Laviana, Asturias... y de su maravillosa maestra, María Rosa Serdio. Lo podrías enviar a mi correo y yo me encargo de hacerlo libro electrónico.
Para unos días México constituye sin duda un abrazo de amistad caudalosa de un país que no olvida las puertas que le abrió el nuestro cuando la guerra civil española y que en estos momentos difíciles nos manifiestan su apoyo y cariño a través de la poesía.
Reciban un cordial saludo
María García Esperón


sábado, 2 de mayo de 2009
Para unos días México
En Pola de Laviana, Asturias, los niños de sexto grado del Colegio Público Elena Sánchez Tamargo, estuvieron hablando con su maestra María Rosa Serdio de los días sin escuela que pasarían los niños mexicanos debido a las medidas de salud tomadas para controlar el brote de influenza atípica.
Los niños españoles decidieron ponerse a componer palabras de solidaridad y de ánimo, "recetas para entretener el tiempo" y un hermoso abrazo de países que como dice María Rosa Serdio en su blog, "siempre han estado dispuestos a abrirse las puertas".
Así nació Para unos días México, ilustrado con las acuarelas de los niños del Preescolar Lauro Aguirre de San Juan del Río, Querétaro, que han iniciado el aprendizaje de sus primeras letras de la mano de la poesía gracias a su maestra, Juana Cruz, como María Rosa Serdio, extraordinaria.
A ellas se debe este libro singular, nacido en aulas con el océano de por medio y en cuyas páginas se abrazan las orillas solidarias y afectuosas de España y México.